Los aeropuertos, como explicaba anteriormente, son una buena fuente de situaciones divertidas para un borde. Pero a veces no hace falta pagar tasas aeroportuarias para disfrutar como borde semi profesional.
Hoy, el simple hecho de hacer la compra me ha brindado la oportunidad de escuchar una gilipollez como pocas había oido. No fui borde, lo reconozco y me fustigo por ello.
Un señor poco impresionante caminaba con una señora poco impresionable, e imagino que para impresionarla, le señaló un edificio en construcción. Rodeando el edificio, para que cualquier peatón que pasee a su lado pueda imaginar el resultado final una vez terminado, había un dibujo representando cómo quedarán los alrededores una vez acabado el edificio. Mientras le señalaba el edificio, comentaba a su acompañante "has visto que bonito, ahí tienen una foto de cómo quedará".
Claro que sí chaval. Michael J. Fox, regresando del futuro, nos ha traido una foto del edificio ya construido y acabado, justo después de sacarle brillo a todas las ventanas. Es que a veces hacen unos dibujos tan guays que parecen fotos, no, ¿mendruguillo?
viernes, 27 de junio de 2008
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