viernes, 13 de febrero de 2009

El borde en el hospital

The Big Borde lleva unos días de visitas frecuentes a un hospital. No, lo mío no tiene remedio, la ciencia y en especial la medicina han tirado la toalla y dan por hecho que me quedaré como estoy, borde para el resto de mis días, pero en cambio un familiar muy directo lleva unos días viviendo en un hospital y The Big Borde suele visitarlo con frecuencia mientras espera que mejore.

Estas visitas me han servido para darme cuenta de que, junto a los comentaristas deportivos, hombres del tiempo y presentadores de noticieros, los médicos, auxiliares de enfermería y otros funcionarios hospitalarios también son unos lumbreras en lo que se refiere al uso incorrecto del lenguaje.

Empecemos por su manera de darnos buenas noticias. La mejor noticia que puede darnos un médico es que alguien está fuera de peligro. Lo raro es que nos digan que el paciente está fuera de peligro si antes no ha estado dentro de peligro. ¿Por qué fuera de peligro en vez de ya no está en peligro? ¿Por qué está fuera cuando antes no ha estado dentro?

Esta desafortunada pero habitual expresión suele escucharse bastante a menudo alrededor de la unidad coronaria. En la unidad coronaria están los pacientes que han sufrido algún problema con las coronarias, o mejor dicho, las arterias coronarias(Wiki). Pero The Big Borde no lo ve claro. Coronaria(RAE) es induscutiblemente un adjetivo, igual que lo son joven o viejo.

Joven y viejo han acabado convirtiéndose en nombres, de manera que un hombre joven es un joven y una mujer vieja es una vieja. Por esa misma razón, coronaria es una arteria coronaria. Pero si usamos joven como nombre, cuando queremos referirnos a algo relativo a un joven, usamos el término juvenil. Hablamos de acné juvenil, no de acné joven.

Por lógica, si usamos coronaria como nombre, debemos referirnos a algo relativo a las coronarias, como por ejemplo la unidad en la que se las trata, con otro término distinto, como por ejemplo coronarial o coronariaria, los cuales me temo que no existen.

Por ello creo que habría sido bastante más correcto hablar de Unidad de cuidados de las coronarias o Unidad de coronarias, pero nunca de Unidad coronaria. ¿Os imagináis encontraros la Unidad cerebro o la Unidad músculo? Pues entonces, tampoco Unidad coronaria.

Mi última bordería hospitalaria irá dirigida a los enfermos, o más bien, a sus familiares. Me encanta ver cómo acuden a la puerta del ascensor, y pensando seguramente que así llegará antes, cuando quieren bajar pulsan el botón de bajar y también el de subir. La consecuencia de tal acto es obvia. Cuando llega el ascensor para bajar, ellos entran en él y bajan, pero claro, cuando el ascensor vuelve a subir, efectúa una nueva parada en esa planta, pues se había pulsado previamente el botón de subir.

The Big Borde tiene una sencilla idea para solucionar el problema. Se trata de un mecanismo que atrapa el dedo del usuario en el momento en el que pulsa el botón, y hasta que no ha llegado el ascensor en la dirección que ha solicitado el usuario, no libera el dedo de éste. Así, si un familiar histérico pulsa arriba y abajo con dos dedos distintos, cuando pare el ascensor por primera vez en esa planta uno de sus dedos será liberado, pero hasta que el ascensor no vuelva a parar en sentido contrario, no podrá liberar el otro dedo y subir al ascensor. De esta manera, si se pulsan los dos botones, se tardará más en subir al ascensor, que es exactamente lo contrario de lo que el usuario cree que pasará por pulsar ambos botones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me lo he pasado muy bien leyendo tu solución al tema de los ascensores. Me recuerda a una solución, igual de efectiva que la del ascensor, que me diste hace muuuuchos años, al problema de la gente que no deja salir antes de entrar en el metro: Las puertas levadizas.