miércoles, 25 de septiembre de 2013

TheBigBorde en Disneyland

Irse unos días a un lugar atestado de gente, de diferentes países y culturas, y además con un índice de niños por metro cuadrado muy elevado, es una ocasión estupenda para que TheBigBorde pueda expresar sus pensamientos en éste su modesto blog, y analizar las múltiples acepciones que puede tener la palabra idiota, imbécil o gilipolleaux...

En este tipo de lugares, en este caso Disneyland París, es muy importante que se organice adecuadamente el acceso a sus atracciones. Para ello se han inventado las colas, algo muy sencillo de respetar para una persona normal. Pero como el mundo está lleno de anormales, TheBigBorde pudo comprobar lo insufrible que puede ser hacer media hora de cola con un idiota detrás. Aunque a veces el aparato digestivo puede ser nuestro mejor aliado... Ya sabéis, horarios cambiados, comidas distintas, bacterias del agua diferentes... Lo que en alguna ocasión puede ser incómodo y ponernos en un aprieto, suele ser el mejor arma cuando un idiota no deja de moverse y molestarnos mientras hacemos cola, un buen pedo, especialmente si éste es sonoro y contundente, pone en su sitio a cualquier pesado.

Aunque no es comparable el grado de incomodidad que puede provocar una persona biológicamente adulta con lo pesado que se puede hacer un niño maleducado. Ni qué decir si son dos en vez de uno... Toda una lástima que los días de vacaciones en el correccional de esos dos irreverentes gamberros no haya coincidido con algún permiso penitenciario de padre, y hayan tenido que irse de vacaciones sólo con la madre. Pobrecitos.

Pero no sólo de imbéciles haciendo cola se alimenta un Big Borde... Estos especímenes son especialmente molestos por la proximidad física inevitable, pero hay otro tipo de idiotas con los que, por suerte, se pueden mantener las distancias y simplemente comprobar desde lejos cómo pueden ser tan gilipolleaux...

El primero fue el tonto del trípode... Seguramente sabréis que a media tarde, en el parque se hace un desfile con los personajes clásicos de Disney; hadas pechugonas, princesas estrechas, príncipes afeminados... El pato, el ratón, el perro, todos esos bichos que hacen las delicias de los niños. Y al parecer, también las del gilipolleaux supremo. Un tipo con una cámara digital y un trípode cutre, que se dedicaba a poner el trípode en la calzada, y cuando aparecía un empleado del parque, echarse hacia atrás, molestar a todos los que estaban tras el, subir el trípode a la acera, y luego volver a bajarlo cuando se había ido el empleado, y así sucesivamente, al menos cinco veces conté la maniobra del gilipolleaux antes de que comenzara el desfile. Con lo sencillo que es buscar "disneyland desfile" en youtube y descargarse todos los vídeos que quieras en alta definición...

Y ése aún tenía algo de perdón porque por lo menos tenía una cámara de verdad... Porque lo de los idiotas del móvil durante el espectáculo nocturno si que no tiene perdón. Fuegos artificiales, efectos en 3 dimensiones, llamas de 10 metros, un show muy bonito sólo estropeado por el tropel de imbéciles sujetando el móvil Android con cámara de tres cuartos de megapixel que se dedicaban a filmar un fondo negro con lucecitas a un framerate nunca mayor de 3 fps... Además de molestar a los de detrás, a lo mejor se creen que alguien va a prestar atención al vídeo de calidad ínfima que piensan subir a youtube en el mejor de los casos, o compartir con sus contactos por whatsapp en el peor de ellos... Tan apasionante como el vídeo de la primera comunión del niño o el del primer día que dijo "papá" cuando en realidad estaba balbuceando prapupupabrá tras 10 minutos insistiéndole "di papá, di papá"...

Otra buena ocasión para detectar imbéciles es a la hora de comer. Cualquier esfuerzo organizativo es inútil cuando se tiene a un gilipolleaux como cliente. Es una buena idea tener a dos empleados sirviendo comidas, y a uno solo procesando los pedidos. Como el pedido se suele hacer más rápido que la comida, tiene mucho sentido que una persona atienda los pedidos de dos filas alternativamente, mientras dos empleados los preparan, uno para cada fila. De esa manera, se puede conseguir que ambas filas avancen a la máxima velocidad posible. Excepto si cuatro idiotas que van juntos son incapaces de pedir toda su comida de una sola vez y luego cuadrar cuentas... No, mejor piden dos, y luego los otros dos, pero claro, después de que pida un grupo de 8 que estaba en la otra fila. Estupenda manera de conseguir que los que están detrás de ellos tengan que esperar a ser atendidos más que los afortunados que están en la otra cola. Total, ellos ya no van a esperar más, que más les da.

Por supuesto, no podía faltar el niño gordo con la camiseta de su equipo de fútbol. A TheBigBorde siempre le han encantado ver niños con sobrepeso luciendo la camiseta de Messi a punto de estallar. Si los padres se gastaran esos 70 Euros en unas zapatillas y ropa del Decathlon para que practicara un poco de deporte, a lo mejor se parecerían sólo un poquito más a su ídolo... Aunque el niño gordo se vista de Messi, niño gordo se queda. En este caso, el que me encontré no era un niño del Barça, sino uno del Athletic con la camiseta verde horrible. Imagino que el padre que ha hecho tan importante inversión en ropa deportiva oficial para su vástago seguirá pensando que aunque le sobren 10 kilos al berraco, a lo mejor un día lo llaman para hacer una prueba los alevines del Athletic...

Y qué decir de los fotógrafos de fotos... El colmo de la falsificación y el mejor ejemplo del significado de cutre-salchichero. En muchas atracciones hay cámaras colocadas estratégicamente para hacer una foto a los usuarios de la misma en un lugar determinado... Al salir de la atracción, éstas fotos se pueden ver en unos monitores, y si a alguien le gusta, comprar una foto impresa. Pues no, ahora la moda es colocarse delante de los monitores, no dejar ver a los demás, y sacar una foto de la pantalla con el móvil, un pedazo de foto de una calidad y resolución increíblemente cutres, reflejos del flash, colores apagados, contraste nulo, un recuerdo inolvidable, para que no se les olvide lo casposos que pueden llegar a ser.

Y un viaje así no puede acabar sin el atontado del aeropuerto... Ese abnegado empleado de seguridad, dispuesto siempre a hacer cumplir con rigor las normativas internacionales, aunque ello suponga tenerme que hacer facturar una maleta no por su tamaño sino que por su contenido. Todo para evitar un titular del tipo "Un borde de Santa Coloma se hace con los mando del un avión intimidando al pasaje con la pistola láser de Buzz Lightyear"...

1 comentario:

Sirpaipo dijo...

Que grande Mr. Borde...
Si antes me daba reparo si quiera plantearme ese viaje... ahora se me quitan mas las ganas...

Ahora... lo mejor con diferencia ... LO DEL PEDO!!!

Un abrazo de un amigo...