Pero si hay algo que detesto de la publicidad es que se basa, simple y llanamente, en intentar engañar a quien la está sufriendo. Además, otra cosa que detesto es que se empeñen en decirme las cosas cantando. Por eso estoy empezando a odiar a los Simpsons. Últimamente cantan demasiado en los nuevos capítulos de la temporada 18.
Por eso mismo, si me ponen publicidad, además cantando, y me intentan engañar, me enfado y me pongo borde.
Sirva como ejemplo un anuncio de Orange, en el que unos imbéciles van por la playa cantando esa canción de los elefantes que se balanceaban(link). Antes iban poco a poco, pero ahora ya empiezan directamente con 100 elefantes. Además de hablar de cien elefantes, sale mucha gente en el anuncio que quiere hablar con el protagonista, y el engañador de la voz en off nos dice que con una oferta muy chula podemos hablar con todos nuestros amigos que quieren que hablemos con ellos, mientras repiten "cien elefantes, doscientos elefantes" y aparecen cientos y cientos de personas en la imagen deseosas de hablar con el protagonista gracias a la generosidad de Orange.
¡Pero ojo! Si hay una letra pequeña en la parte de abajo de la pantalla...
Cuesta fijarse, pero si paramos la imagen (gracias YouTube!) podemos darnos cuenta. La oferta es sólo válida para 75 destinos diferentes, es decir, ¡nos quedamos con 75 elefantes!
Venga, señores de Orange, canten conmigo:
Un máximo de setenta y cinco elefantes, se balanceaban...
Sirva de muestra la primera versión del anuncio, que empezaba con un elefante y llegaba a cien. Ahora, directamente, empiezan con cien, total, la gente no va a esforzarse en leer la letra pequeña, mejor fijarse sólo en la canción y en la gente que sale, ¿para qué demonios nos molestan explicando las condiciones reales de la oferta?
No hay comentarios:
Publicar un comentario