sábado, 30 de mayo de 2009

El profesor Neira y Pedro

Nunca he sabido si soy Don, Señor, Señor Don o si tengo derecho a que se dirijan a mí con algún otro tratamiento. De joven recuerdo que en el instituto corría el bulo de que si aprobábamos COU seríamos Don o Señor, la verdad es que no lo recuerdo, y tampoco eso me hizo estudiar más.

En algunos países es muy habitual que se trate a la gente de licenciado o doctor, según sus estudios completados. Recuerdo unas vacaciones en Méjico en las que nos ofrecieron un Club de Vacaciones. Yo hice unas cuantas preguntas bordes y con bastante mala uva, y el pimpollo que nos atendía nos dijo que eso nos lo explicaría mejor la "lisensiada". Recuerdo cómo temblaba el suelo cada vez que la "lisensiada" se acercaba al hall del hotel para contarnos algo, desplazando todos sus kilos de humanidad con supremo esfuerzo. La pobre "lisensiada" me recordará por mucho tiempo, pues la puse en varios aprietos con preguntas plagadas de mala intención, e imagino que se dio cuenta de que no quería unirme a ese club de vacaciones y por ello no hizo falta que habláramos con el doctor, que imagino que sería su superior en cargo y peso.

El caso es que en España creo que sólo llamamos a alguien doctor en el hospital, y profesor en una clase o cerca de ella.

Pero estos últimos meses no dejamos de oír hablar en televisión del profesor Neira, y nunca por el ejercicio de su profesorado. La verdad es que ha habido momentos en los que se me hacía raro el día en el que ese señor no salía por televisión. Y me indignó especialmente un día en el que en CNN+ estuvieron un buen rato hablando del profesor, y poco después, hablando de la gripe porcina, entrevistaron a un señor, y se refirieron a él como Pedro - Ganadero.

Siguiendo la lógica empleada con el profesor, lo correcto habría sido enterarse del apellido del amigo Pedro, que seguro que tiene al menos un par, y referirse a él como el ganadero Zutano. Pero sinceramente, me parece una falta de respeto muy grande presentarnos a ese señor como Pedro, a secas, sin que ni siquiera su apellido sea importante, cuando pocos minutos antes nos contaban cosas del señor Neira, que además de nombre y apellido, tiene el tratamiento especial de profesor.

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