domingo, 19 de octubre de 2008

El borde dominical

The Big Borde acostumbra a hacer un poco de carrera a pie(Wiki) los domingos y si puede algún día más entre semana. Imagino que muchos que hablan bastante mejor que yo dirán que lo que hago es footing(Wiki) o jogging, pero yo me quedo con el término más castizo(Wiki).

Esas carreras matutinas permiten observar y analizar los hábitos de unos especímenes especialmente curiosos, los domingueros(RAE), con los que me topo constantemente.

Mis preferidos son los que usan una prenda tan casposa como el chándal(RAE) para arroparse con él y enfrentar así el primer reto del domingo, que consiste en ir a comprar churros con chocolate. Es una actividad que fomenta la renovación del vestuario, ya que los churros y el chocolate contribuyen a que la panza del dominguero aumente ligeramente con cada ingesta, y el chándal comience a parecer más el traje de un mariachi que una prenda deportiva holgada, lo que provoca que la señora del dominguero ya tenga una buena idea para el cumpleaños de su esposo, un flamante chándal nuevo dos tallas más grandes.

Otros que me encantan son los de las carreras populares, especialmente las que se organizan a nivel local con fines tan encomiables como la lucha contra el cáncer o el ahorro de agua en el hogar. Esta mañana compartía el parque fluvial del río Besós con la Cursa contra el cáncer. Cursa(Wiki) en catalán no es exactamente carrera, sino que es simplemente una competición que se puede realizar andando. Esta mañana no me pareció que compitieran, en especial los animalistas(Wiki) que ponen un dorsal al perro y van con él a la cursa. Sinceramente, no sé si se ha demostrado científicamente que correr ayuda a combatir el cáncer, pero desde luego, a la velocidad anormalmente reducida a la que lo hacían los sensibilizados curseros que iban con dos perros y un carrito con bebé incluido, no creo que ayude mucho.

Y ya volviendo a casa, por una calle semipeatonal, me encontré con los domigueros más espabilados de todos. Ésos que dejan el coche en medio de donde les place, eso sí, con un letrero escrito a lápiz, en un papel cuadriculado recortado con la mano y con faltas de ortografía, con un mensaje del tipo:

Si molesto estoy en el número 30, primer piso.

Me parece fantástico saber dónde está el idiota que molesta, y que además, sabe que molesta. Ese si(RAE) condicional me hace especial gracia, pues en este caso, sería mucho más apropiado el (RAE) afirmativo, con acento.

Sí, molesto, ya lo sé, estoy en el número 30, primer piso.

No estaría de menos que dejaran un número de teléfono móvil. Así, los bordes como yo podrían llamarle y decir.

Sí, molestas, y me importa un pito dónde estás.

2 comentarios:

Beatrix dijo...

jajajajaja! Pero mira que eres un rabioso.

Recien me entero de este templo del saber y de los buenos modales, cosa que me preocupa, y como no! si soy la personificacion de la falta de los mismos...

En fin, veremos como me tratas.

Saludos!

IZydro dijo...

Anda quién está aquí!!! Beatrixxxxxxxx, cuánto tiempo, qué alegría!!!

Buenos modales y amabilidad siempre, nunca me faltarán, de eso tú también andas bien provista y doy fe de ello.

Y aunque sé que por ahí la palabra borde no tiene el mismo significado, ¡también doy fe de que cuando quieres sabes ser francamente borde!

Por ejemplo, esa respuesta tan delicada cuyas iniciales son L.M.Q.T.D.M... Remember?